Hace un año la dirección general de tráfico publicó el manual de características, un documento normativo en el que se recogen las características técnicas que deben cumplir los patinetes eléctricos para poder circular en nuestro país, creando a su vez el denominado certificado de circulación, un certificado que deben obtener las marcas haciendo que sus modelos pasen una serie de pruebas de seguridad y validando que cumplen con el manual de características antes citado. Dicho certificado entra en vigor el 22 de Enero, los usuarios de a pie no deben preocuparse por obtener ningún tipo de documento ya que tan solo afecta a los comercios y empresas dedicados a la venta de patinetes eléctricos y que en teoría no podrán vender en España ningún vehículos que no haya sido testado y validado por la DGT.
Desde la federación española de usuarios hemos venido advirtiendo que creemos que estas medidas van en contra del libre mercado europeo y la libre circulación de ciudadanos. Imaginemos un escenario en el que la DGT legislara que un automóvil comprado en Portugal no pudiera circular por España o que todos los vehículos sin distintivo ambiental tuvieran que ser desechados. Suena increíble, ¿verdad? Esto es, esencialmente, lo que está sucediendo con los patinetes eléctricos.
Es importante remarcar que hemos hablado de venta, no de circulación, pues a pesar de la entrada en vigor de dicho certificado, la DGT contempló un periodo de gracia de tres años (Enero de 2027) para que todos aquellos patinetes que ya circulan por nuestras calles puedan seguir haciéndolo temporalmente. Sin embargo, este “temporalmente” implica que millones de patinetes eléctricos ahora tienen una fecha de caducidad, algo que preocupa mucho en las asociaciones de usuarios ya que nos parece un despropósito que millones de vehículos queden inservibles por una simple norma.Además, nos planteamos con intriga cómo se llevará a cabo la supervisión para garantizar que, a partir de hoy, ningún establecimiento en España comercialice un VMP sin el correspondiente certificado. Tememos que miles de ciudadanos continúen adquiriendo de manera masiva vehículos que, aunque podrían mantenerse y actualizarse sin problemas, se verán condenados a una vida útil de apenas 3 años. Estos, lamentablemente, correrán el riesgo de acabar literalmente en la basura, ya que será imposible obtener el certificado o adaptarse a él de manera individual.
El uso de este tipo de vehículos ha crecido como la espuma debido a motivos evidentes: su bajo precio, facilidad de transporte, manejo, mínimo coste de mantenimiento y bajo consumo hacen que este vehículo haya acercado la movilidad a un público amplio y variado que ya no ve la necesidad de adquirir un coche, todo un lujo para muchos, pasando a reemplazarlo por un aparato que supone menos del 1% del peso, precio, consumo y contaminación. Estas características han hecho que tengamos en España más de 3 millones de VMP y que actualmente en Sevilla hablemos del 43% del tráfico del carril bici. La sociedad a través de su adopción masiva ha dejado claro que es un medio de transporte de futuro junto a la bicicleta, pues ayudan a reducir el tráfico, el ruido, eliminan coches de nuestras calzadas y por tanto ayudan reduciendo la contaminación en nuestras ciudades. Y todo esto, no lo olvidemos, a pesar de las mil y una trabas impuestas desde muchos frentes que hacen lo indecible por mantener en portada siempre lo poco negativo que este vehículo tiene para ofrecernos.